domingo, 6 de abril de 2008

El retorno.

Hola a todos, después de unos (cuantos) meses de inactividad vuelvo a la carga con el blog. En este año han pasado muchas cosas, algunas buenas, otras malas. En conjunto el año no ha estado mal. Pero antes de soltaros el rollo sobre lo que me ha pasado (que igual os importa un pito, me imagino) algunas consideraciones sobre los blogs.
Mi fiel sitemeter me ha seguido mandando, todos los domingos, la medición de audiencia. Y ¡oh sorpresa! Sin postear tengo más visitas semanales (unas cinco o seis) que cuando posteaba. Conclusión: si sigo otro año sin escribir igual llego a las 10.000 visitas. Juas.

Cosas buenas que me han pasado.
1. He cambiado de trabajo. Ahora curro más, gano menos pero estoy muchísimo más contento con lo que hago que al fin de cuentas es lo importante.
2. He cambiado de moto. La V-Strom se la vendí a un amigo y compañero de rutas (un saludo Jose y Paz) así que la sigo viendo de vez en cuando y me he comprado la moto de mis sueños (una BMW R1200GS). Maquinón. Aunque me temo que me va a salir más cara de mantener que una querida. Pero sarna con gusto no pica.
3. No me he hostiado todavía. Salvo un toque con una furgona el otro día en la calle O’Donnell de Madrid, el asfalto todavía no conoce el sabor de mi piel –y que siga así por muchos años-.
4. En el verano del año pasado me hice un viaje por los Alpes (todavía con la Suzi) que fue de impresión. Todos los moteros deberían ir por lo menos una vez al año.

Cosas malas que me han pasado
1. Mi novia, el amor de mi vida me ha dejado.
2. Mi novia, el amor de mi vida, me ha dejado.

Desde noviembre del año pasado he estado lloriqueando como un mariquita. Ahora por fin, veo la luz detrás del túnel. Vuelvo a mi blog, vuelvo a la carretera, vuelvo a estar en este mundo.
Estoy ahora escuchando un vinilo de un tiempo en que la vida era todavía una hoja en blanco (New Sensation, Lou Reed), cuando te creías el más listo, el más guapo y el más alto. Cuando los amigos eran para siempre y el mundo lo íbamos a cambiar. Por suerte la depresión ya pasó, se fue, se murió de muerte lenta (aunque dolorosa).

Soltero, sano, con dos hijas preciosas, amigos, un trabajo que me gusta aunque a veces no me deje ni respirar… ¿qué más puedo pedir?
Quizás una novia formal (no formalita) y seguir como hasta ahora.

Nos vemos pronto chicos, prometo ser más diligente y postear más a menudo. Si pasáis por aquí me animaría mucho que dejarais un comentario. Prometo que volveré a los posts divertidos. Este es de retorno y ya se sabe, segundas partes…

Nos vemos en la carretera.

No hay comentarios: