viernes, 30 de marzo de 2007

La chica del viernes. Katja Poensgen.

Esta semana, para variar un poco, voy a meter una chica motera de verdad. Bueno, vale, hay muchas que lo son, pero de ellas no tengo fotos. Y por una vez, y sin que sirva de precedente, dejamos en paz a los bimbollos de las sombrillitas.




Hoy os presento a Katja Poensgen, una alemana de 28 años que es hasta ahora la única mujer que ha competido en el mundial de motociclismo. La afición que la llevaría a ganar tantos premios se le metió en la cabeza cuando, siendo apenas una niña, acudió con su padre a ver el Gran Premio de Alemania.
A los 14 años, su familia, harta de su insistencia, acabó comprándole una Suzuki RG 125. En 1993, Katja debutó en la competición, en la Copa Juvenil de Alemania. Quedó última... Pero como las cosas muchas veces acaban dando la vuelta, dos años más tarde se haría con el título. Y, así, poco a poco, la joven de las trenzas se iría haciendo un lugar, aunque tuvo que quedar última unas cuantas veces.
En 1995, fue campeona juvenil de Alemania, y en 2001 consiguió todo un hito: llegar a un Mundial (fue en Japón), con apenas 24 años. Entonces ya declaraba que su objetivo a largo plazo es “ser campeona del mundo”. En ese Mundial acabó en el puesto número 22.
Katja Poensgen nació el 29 de septiembre de 1976, en Mindelheim, Alemania. Corría con el equipo Honda (Dark Dog Moleenar) 250 cc., aunque durante una época buscó patrocinador. Su debut en el gran circuito fue en 2001, en el Mundial de Japón, y su mejor puesto fue el conseguido el año 2003, en Italia (quedó 14ª). En su haber, tiene 15 grandes premios, y su puesto medio en la clasificación de los top es el 19.
Por supuesto, ser una chica y estar bastante buena la ha convertido en foco de atención más que por su carrera deportiva que es discreta. Pero un en un mundo de hombres como las motos siempre está bien ver una nota discordante.


Katja ya no corre profesionalmente pero trabaja como comentarista de motoGP para la cadena alemana RTL. Francamente, entre esta walkiria y Angel Nieto, con quién os quedaríais...?

Herejía...

Estaba leyendo el otro día el libro "She's a bad motorcycle. Writers on riding", una recopilación de diversos escritos sobre/alrededor de la moto de escritores yanquis bastante interesante. Tiene artículos de Hunter S. Thomson (un fragmento de su célebre libro sobre los Hell's), Horace McCoy ("¿Acaso no matan a los caballos?") en un cuento interesante sobre corredores de dirt-track, un escrito de Eric Burdon sobre Steve McQueen, etc. (haré en su momento un artículo sobre el libro).

Pero lo que más me soprendió fue un artículo de Sonny Barger, el celebérrimo presidente de los Hell's Angels de San Francisco y uno de los que más ha explotado el cuento de los moteros salvajes con libros, conferencias, películas, etc.








Me esperaba lo peor, porque ya había leído un libro suyo ("Riding High, Living Free"), una recopilación de relatos de moteros que era una soberbia chuminada, pero en este caso habla de sus experiencias con las Harleys: cómo tuvo la primera, las modificaciones que les hacían y demás cosas, algunas de ellas bastante técnicas sobre todo para uno, que apenas distingo el tapón donde se pone la gasolina del que se echa el aceite.




Pero de pronto el tío va y dice (cito de memoria).
"La verdad es que las Harleys son un coñazo. A mí me gustaría mucho más tener una Paneuropean o una BMW. Quizás hace algunos años los Hells podríamos haber cambiado a las japonesas, que son mejores motos aunque con menos personalidad, pero ahora estamos atrapados en nuestra imagen y ya no podemos cambiar".
AAAAAAAAARRRRRGGGGGHHHHHH!!!!, HEREJÍA, BLASFEMIA, VADE RETRO, ESPANTO...

Se ve que con los años todos nos:

- hacemos razonables
- ablandamos
- reconocemos nuestros errores
- chocheamos
(táchese lo que crea que no corresponda).

Sonny Barger cuando todavía era un hombre y no una madikita probmw y ge-pe-ese.

Si este texto circulara entre todos los jarlistas a más de uno le daría un ataque, porque nunca he conocido a tíos tan "marquistas", fanáticos, acérrimos defensores de sus "hierros" que los que llevan las motos de Milwakee -quitando quizás a los ducatistas que son también otros integristas pero de distinto pelo-. Y eso que hoy en día las jarlis están mejor hechas y ya no pierden aceite, pero supongo que la imagen es la imagen.

Que nadie me interprete mal, me caen bien los harlistas y los customeros en general, pero a mí personalmente son motos que no me dicen nada. Y no entiendo que se sacrifiquen prestaciones, agilidad, comodidad, buen mantenimiento, precio y facilidad de uso sólo por una cuestión de IMAGEN. Todos los moteros somos algo pijos, pero eso me parece un exceso.
Bueno, también es verdad que sería difícil imaginar a los Angeles del Infierno montados en una BMW (aunque cosas más raras se han visto).



¿La BMW 1200 la quiere con puños calefactables?

jueves, 29 de marzo de 2007

Libros moteros: La vuelta al mundo en Vespa en 79 días.



VUELTA AL MUNDO EN VESPA EN 79 DÍAS.
Santiago Guillén y Antonio Veciana.
212 páginas.
Ed. Dossat 2000.
¿Dar la vuelta al mundo en una Vespa? ¿En 79 días? ¿En 1962? ¿Dónde está el hospital psiquiátrico más cercano? Esas son las preguntas que en rápida sucesión se me ocurren cuando se piensa en una hazaña de semejantes proporciones. Y sin embargo Santiago y Antonio lo consiguieron. Ole por sus cojones.
Esta es una reedición del libro original, aparecido allá por el 67 y que sin embargo ha pasado casi al olvido. La editorial Dossat, dentro de su colección Narrativa del Motor lo ha vuelto a imprimir en una edición muy cuidada. Tapa dura, abundantes fotografías y un formato muy agradable de leer.
Quizás una de las razones para que esta aventura no sea muy conocida sea el hecho de que el espíritu es muy "de la época", por decirlo de alguna manera. Los dos protagonistas, miembros del Frente de Juventudes, calculan el viaje para salir el día de Santiago Apóstol y llegar el día de la Virgen del Pilar. Contaban con todo el apoyo oficial del gobierno de la época y constantemente hacen referencia al espíritu de la España nacional y sus símbolos, que pasean con orgullo por todo el mundo. Como muestra un botón:
"Peluquería en Figueras. Cinco veces en el viaje y ni un solo día sin afeitar. Era algo convenido. Siempre nos indignó que fuera inevitable ir sucio para viajar. Teníamos que dar la vuelta al mundo como íbamos por Madrid" (pag. 47).
"Las carreteras de Pensilvania en aquella época estaban saturadas de anuncios sobre elecciones, que, a nuestra mentalidad, puede que más alegre en ocasiones, pero también más seria en otras, resultaban francamente algo pintorescos." Pag. 191.
El libro termina, a modo de epílogo, con una ofrenda en la Basílica del Valle de los Caídos de muestras de tierra de todos los países que han atravesado "junto a la piedra bajo la cual reposa José Antonio, el español que soñó la unión de los hombres y las tierras de España y el universo" (pag. 212).
No quita que sea precisamente ese espíritu, el del español recio y templado por la Cruzada uno de los encantos del libro, que rebosa ingenuidad y buenas intenciones a partes iguales. Santiago y Antonio reivindican el espíritu del Conquistador español, el que con 150 hombres fue capaz de machacar el Imperio Inca. Políticamente incorrecto, hoy en día, pero sin lugar a dudas una pieza de antropología social de indudable atractivo para el lector de 2007.
Todo esto no quita el enorme mérito de los dos chavales que, cargados con 190 kgs de equipo, 175 navajas de Albacete y 50 capotes de torero en miniatura, se enfrenten a las carreteras de medio mundo, sorteando montañas, inundaciones, desiertos, bandidos y gastroenteritis varias.
El libro en sí no está muy bien escrito y el hecho de que la mitad del recorrido lo tuvieran que hacer a velocidad de reventar motor para cumplir con su promesa de emular a Phineas Fogg le quita bastante interés, ya que de la mayoría de los sitios no quedan más que impresiones fugaces. Pero incluso esto lo hace más meritorio, sobre todo porque le echan un morro blindado en algunas situaciones: cómo atracan a Dali para que les pinte la moto, como se cuelan en las residencias oficiales gracias a la banderita de España que llevan en la Vespa al a que hacen pasar por vehículo oficial y sobre todo, que en toda recepción oficial, ya sea en Nueva York o en el desierto de Afganistán, van siempre de impecable traje y corbata.
Las fotografías son interesantes y el espíritu aventurero es indudable. Hay un prólogo a la nueva edición escrito por Santiago y otro de la antigua, por el jefe del Frente de Juventudes de Albacete, uno de los padrinos de la aventura.
La Vespa que se utilizó para el viaje está actualmente en el museo de la fábrica italiana en Génova.
Pese a sus defectos, un libro muy recomendable para los vesperos y moteros en general, que apreciarán la locura y el encanto de semejante viaje.

miércoles, 28 de marzo de 2007

JEREZ. CRÓNICA DE UN INICIADO (y 3)

Capítulo 3. Un día en las carreras.


El domingo nos levantamos pronto, a eso de las ocho para tener tiempo de pasar el atasco y acomodarnos en la tribuna sin agobios. Desde primera hora, el ruido de los motores de motos de todas las cilindradas y colores nos acompañaba, incluso desde la puerta de casa, ya que un grupo de Sabadell estaba en la de los vecinos.
Desayuno, repostaje y para allá que vamos.

Por el camino se nos pierde uno, volvemos para atrás pero no lo encontramos, seguramente había girado en un cruce equivocado.
Al llegar al circuito encontramos una entrada diferente a la de ayer, bastante menos congestionada y conseguimos aparcar en tiempo record de cuarenta y cinco minutos. Nos sentamos en la J4 en el momento en que las 125 estaban dando la vuelta de warm up.
Hoy no cabía un alfiler, la gente vestía sus mejores galas, la tribuna reventaba, se hacían las olas y la excitación se palpaba en el ambiente.

Las camisetas mostraban diferentes lealtades, repartidas equitativamente entre Rossi y Pedrosa. Los altavoces atronaban con un par de locutores gaditanos muy muy graciosos que animaban a la gente a hacer olas,

saludaban a los amigos y, lo mejor, sabían bastante de motos. Ojala los pillaran para las retransmisiones de TVE en lugar de los sosos que nos toca pagar de nuestros impuestos.
La carrera de 125 estuvo divertida, con Talmacsi robándole la cartera a Pesek en la última curva. Lástima por las Derbi, que parece que están levantando cabeza por fin, pero bueno, un segundo puesto no está mal.
Nadie lo sospechaba entonces, pero pronto empezaría la carrera estrella. Cuando todos esperábamos ver una exhibiciòn de Lorenzo como en Qatar, vimos una pelea de perros entre el mallorquín, Bautista, Dovizioso y Barberá. Iban envenenados, adelantándose todo el rato, pegándose en las curvas, rozando carenados, apurando las frenadas.

Barberá cometió un error a mitad de carrera, yéndose al suelo y la cosa quedó entre Bati, el chupachups y Dovi. Lo de Álvaro tiene mucho mérito, le echa cojones al tema siendo su primera temporada en 250. Peleó hasta el final, hasta que Lorenzo, que ha madurado mucho y aprende cada día, esperó su momento, adelantó a todos y se escapó, dejando al de Talavera y al italiano pegándose por el segundo puesto.
Todo el mundo coincidía en que era una de las mejores carreras que había visto en mucho tiempo. Luego la celebración de Lorenzo, su bandera "Lorenzo’s land" y demás.
Por fin llega el gran combate de la noche, la atracción estelar, el duelo de titanes: Moto GP.
Los motores reventaban los tímpanos en la primera curva. Es un sonido potente, grave, que sientes en las tripas, en los huesos. Nada que ver con la retransmisión televisiva. Además, saltar gritar y chillar delante de tu tele no es lo mismo que hacerlo junto a otros ciento cuarenta mil. Dani sale muy bien, manteniendo el primer puesto, Hayden se queda, Checa y Elías también. La tribuna estalla al ver al pitufo liderando la carrera.


Pero la alegría dura poco: en tres curvas Rossi adelanta a Pedrosa y… se acabó la carrera. Rodadndo muy muy fuerte, el espaguetti se va yendo, poco a poco.

Pedrosa lo intenta, pero tiene que cuidarse por atrás, ya que tiene a Edwards besándole el culo. En la vuelta 13 se da un susto morrocotudo, la moto le patina, pisa la tierra durante un momento y parece que se va a ir al suelo. Entonces decide asegurar el segundo puesto y deja a Rossi escaparse hasta que llega a tener una ventaja de más de un segundo.
Una carrera que nos dejó fríos, parecía fórmula uno. Ya nada se movió excepto la remontada de Elìas, que se colocó cuarto. Esta vez las Ducatis no podían aprovechar su potencia y Stoner quedó quinto, por delante de Checa y Capirossi, que entre que va a ser papá y que su amigo Locatelli está en el hospital echo una braga parecía estar pensando en otra cosa.
Mucha gente empezó a irse a dos vueltas del final, como en los partidos en los que el equipo local va ganando cuatro a cero, pero sólo que esta vez era al revés.
A la salida uno de los que iban conmigo comenta: "Me temo que el famoso duelo Rossi-Pedrosa va a ser como el duelo Crivillé-Doohan". Sin comentarios.




La salida del circuito se hizo más o menos ordenadamente, con los consabidos empujones de "quítate tú pa ponerme yo". Rodamos hasta Paterna y allí preparamos el equipaje. Me despido de los catalanes, prometiendo permanecer en contacto. Ellos saldrían un poco más tarde, aunque no se harían todo el viaje del tirón, sino en dos etapas.
Mi plan original era ir ruteando tranquilamente hasta donde me cansara, dormir en algún sitio y seguir a Madrid por la mañana. Pero el romántico plan de easy rider me duró poco, porque todas las carreteras secundarias estaban petadas de coches y motos, atascos que, aunque te podías saltar metiéndote por el carril contrario te agotaban. A la caída del sol, llevaba dos horas y media conduciendo y había hecho sólo 150 kilómetros. A ese paso llegaba a Madrid el miércoles. Cuando me encontré en Écija, a las puertas de la A-4. La idea de seguir ruteando de noche por carreteras que no conocía no me pareció ideal y estaba a huevo de llegar a Madrid si tiraba por la autopista (me quedaban poco más de 400 kms.). Así que mandé a Peter Fonda a freír espárragos y me metí los kilómetros de autovía uno detrás de otro, parando una vez para cenar algo y poner gasofa, disfrutando de lo coñazo, aburrido e incómodo que es ir en moto por autopista.
De vez en cuando los controles de la Guardia Civil te obligaban a bajar la velocidad. La moto respondía bien, tirando a 6.500 vueltas en sexta a 140, aunque de vez en cuando una RR pasaba a mi lado como una exhalación.
A la 1.30 de la mañana estaba entrando en la M40, a la 1.45 por la puerta de casa.
Y ahí fue cuando tuve el único incidente grave de todo el viaje. Estaba en el semáforo para girar a la izquierda en la avenida en la que vivo. Se pone verde y cuando estoy por arrancar veo un coche que viene de frente. Como yendo en moto no me fío ni de mi madre en lugar de cruzar como me correspondía espero un poco. Menos mal: el tío (o tía no lo pude ver) ni siquiera bajó la marcha y pasó como un rayo frente a mí. Si llegaba a tirar siguiendo mi semáforo verde me hubiera llevado por delante y a esa velocidad, me temo que me hubieran recogido con cucharilla. Manda huevos que después de tres días y 1.500 kilómetros esté a punto de matarme a cien metros de mi casa por culpa de un bacaladero mamón daltónico. La jostia.
Aparqué la moto en el garaje un poco triste, como en todos los viajes cuando plantas la bicha en el caballete, descuelgas las maletas y te quitas el casco. Es esa sensación de los domingos por la tarde cuando eras pequeño y volvías en el coche con tus padres del parque, o de la excursión… Todo llega y todo acaba. En fin, no somos nada.
Me acosté reventado, pero feliz. Y ya tenía ganas de coger la moto otra vez para lanzarme a la carretera.



Esa noche soñé con el motor debajo mío ronroneando, el puño del acelerador vibrando en mi mano y el viento y el ruido en mis oídos.

martes, 27 de marzo de 2007

Nunca digas nunca...

Como buen escutero de origen, siempre había sentido una mezcla de respeto, miedo e incomprensión hacia las deportivas. Hasta hace un par de días... cuando mi vida cambió, cual invitado de "Sorpresa, sorpresa"

El sábado Lito me hace una proposición deshonesta: me propone intercambiar las motos durante unos kilómetros, ya que anda pensando comprarse una trail como la mía. Al principio se me ponen de corbata: la suya es una Suzuki TL1000R, una deportiva bicilíndrica que se dejó de fabricar en el 2003. Su motor lo lleva ahora la VStrom 1000 (casualmente) y me habían dicho que era un bicho de cuidado, un widow maker. 135 caballos uno detrás de otro. La leshe. Y luego es bastante grande (y pesada) comparada con las deportivas de hoy, con lo que a un bigardo como yo no le va tan incómoda.

Me subo y en cuanto me acostumbro a subir las patas hasta el culo todo va bien, primero me da la impresion de que me voy a caer por encima del manillar, al ir tan inclinado hacia adelante, luego que me van a reventar las muñecas, pero pronto me acostumbro.
El motor es un bi en estado puro, es decir, con una entrega de par bastante buena y regular y unas retenciones del carajo, con lo que casi no hay que tocar los frenos. En cuanto salimos a la carretera no me lo puedo creer. Como empuja, como tira, como suena, como todo. UUUUUUAAAAAAUUUUUUU, vrooooooooooommmmmm.... Entra en las curvas sin inmutarse, sale disparada, la entrega de potencia es regulable y me siento, curiosamente, mucho más seguro que con la mía, que al ser tan alta es un poco cabezona en las curvas (bueno, eso y me parece que necesita ajustar las suspensiones con urgencia).
Vaya tela. En la autovía le retuerzo un poco la oreja y dejo atrás a los otros, como una exhalación. y sin pasar de cuarta!

Más tarde se produce el siguiente diálogo:
YO: Creo que en la autovía me puse a más de 160 (no me atrevía a mirar el velocímetro, la verdad).
LITO: Y una polla! A 160 iba yo con la tuya, y me quitaste las pegatinas pero bien.
YO: Glups... (onomatopeya de tragar saliva acojonao).

Mi vida ha cambiado, quiero una de estas para rutear los domingoooosss, dios, que pasada!! Sería como tener dos mujeres, tu esposa fiel, cariñosa y leal en casa y una rubia tetona guarra con la que te acuestas cuando te lo pide el cuerpo.
Me bajé con las cervicales y las muñecas doloridas pero con una sonrisa de oreja a oreja. Se la pedí de nuevo a Lito pero pasó de mí, le dije que si algún día la vendía que me avisara primero (y espero que también pase de mí).
Supongo que me calmaré, pero me he pasado dos dias mirando anuncios de bicilíndricas de segunda mano, Honda VTR, Aprilia RSV Mille, Aprilia Falco, BMW R1100S y cada vez más enmelonao.
Por suerte para mi integridad física y para los puntos de mi carnet, no tengo pasta ahora para darme ese capricho (debería costarme no más de 4000 lereles y con eso las que ofertan tienen más de 50.000 kms, que en una deportiva pueden ser demasiados), porque si no, pa qué contarte.
Supongo que se me pasará el enmelone pronto, como se me pasó el que me dió hace algunos meses por comprarme una Royal Enfield hecha en la India.
Que horror, estoy perdiéndome en el lado oscuroooo... Me llamaaaaa... me llamaaaa....

JEREZ. CRÓNICA DE UN INICIADO (y 2)

DÍA 2. ENTRENAMIENTOS Y SHOCK PSICOLÓGICO
Al día siguiente nos levantamos a una hora prudente, desayunamos un cafelito y un poco de queso con aceite y partimos hacia Jerez a ver los entrenamientos. No sin antes darle 24 patadas a la puerta del garaje que no se abría hasta que vino el padre del dueño y la abrió con un toque maestro y unos brazos de levantador de pesos.
Durante el viaje seguimos encontrando motos y más motos, motos y más motos. Ya ni se saluda, porque si no acabas conduciendo todo el día con la mano izquierda levantada. Esos cuarenta kilómetros además han cambiado mi vida motera, (ya os explicaré en el próximo post por qué).
Al llegar al circuito el shock psicológico: hay que estar preparado para ver UN ATASCO DE CIEN MIL MOTOS.

No me pises que llevo Dainese

Increíble, como la manifestación antiguardarraíles pero multiplicada por diez. Y todos intentando entrar por el mismo sitio a la misma hora, una improbabilidad física evidente que hace bastante complicado el avanzar. Eso sí, he aprendido en dos días más pilotaje de atasco que en un año de ir a currar en moto.
Quitando que te quedas medio sordo de estar escuchando constantemente un vruummm, vrummmm, vruuummm de todas las motos en ralentí (con algún ocasional vruuuuiiiiiiiiiiiiiiiiiiiimmmmm de algún quemado haciendo corte de encendido), de que te cagas en la madre que lo parió al que te pisa el pie derecho con su rueda delantera y que el maki de turno te mete su bicha para ganar treinta centímetros en la cola, es cojonudo lo de circular en moto así.
Eso me lleva a pensar que si todos montáramos moto los atascos serían grandiosos y tendríamos la muñeca izquierda enyesada (de tirar y soltar el embrague unas veintidos veces por cada cien metros).
En el mogollón me quedo enmelonado mirando todo tipo de motos y todo tipo de acompañantes subidas al sillín trasero. Nota del autor: ahora entiendo el significado de la palabra amor: no es "nunca tener que pedir perdón" sino "tírate cinco horas montada en una almohadilla minúscula, en la postura de la rana y mostrando el tanga" (pena que de eso no tengo fotos).
En total hicimos una media de 100 kms/hora hasta la rotonda del circuito y luego unos 100 metros/hora desde la desviación hasta el parking.
Superado el mega-mogollón atasco buscar un hueco para aparcar. Luego la ceremonia quitarcascoguanteespalderacubrecuello y candarmotolatuyaconlamiaytodasjuntasperonorevueltas, nos vamos a las taquillas.

Había motos de todos los colores, nunca mejor dicho

Todo hay que decir que la organización funciona muy muy bien, siempre muy amables y simpáticos, tanto la gente de seguridad como la guardia civil y la gente de taquillas, guardacascos etc. Mis amigos de Barcelona destacaron siempre lo bien que funcionaba todo (dentro de un desmadre semejante) en comparación con Cheste o Monmelón…

Los 5 Fantásticos a las Puertas del Cielo.
En el parking había un jamao que le había montado un tubarro de fábrica de embutidos a la moto y andaba quemando rueda. Se explicaba todo porque hacía publicidad de su negocio (ver foto). Para que luego hablen del espíritu empresarial de los americanos.
Nos acomodamos en la tribuna, la J-4 entre la curva Expo 92 y la Michelin, justo después de la recta de meta.





Un bocadillín para reponer fuerzas.

Ambientazo tribunero

Los entrenamientos y calificación emocionantes, sobre todo la de Moto GP en la que Dani Pedrosa le quitó la pole a Rossi en el último minuto. Todos aullamos y saltamos cuando vimos en la pantalla gigante la hazaña del pitufo gruñón…. Oeee, oeee, oeeee….


Pedrosa puliendo la pole de Rossi

Mega atasco motero para salir otra vez y nos vamos al puerto de Santa María a tomar algo.

De uno en uno y con el casco puesto

Por supuesto me pierdo de mis compañeros y al llegar al Puerto me encuentro otro megamogollón.
Los vuelvo a encontrar, los vuelvo a perder y cuando voy a dar la vuelta me entero que las rotondas están cerradas y hay que tirar y tirar para adelante.
La mayoría de los moteros van bien, tranquilitos, circulando con varios cientos de enlatados, algunos de ellos alucinando en colores. Me imagino al señor llamando a la señora por el movil y diciéndole "Shiquiya, no me ehpereh pa cená questoy en un atahco de treh pareh de cohoneh. Y eh de moteroh, pisha".
Tiro por el paseo de Valdelagrana y a los lados cientos y miles de personas con banderas, cámaras de fotos, jaleando a los peloceniceros de turno que empiezan a cortar encendido (VRUUUUIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIMMMMM), a hacer caballitos (VROOOUUUOOOOOUUUUUMMMM) o invertidos (VROOOMMMMSCRIIIIIIIIIIIICHHHHH PATAPLÓF!). Debo decir que en proporción a los tropecientosmilmillones que por ahí andábamos eran pocos y la mayoría parecían locales. Descripción de pelocenicero gaditano: sin casco, pelo cortado a cero, sin matrícula, en camiseta y vaqueros) algunos con RR’s pero la mayoria con scooters y motos de enduro de baja cilindrada. De esos que luego la venden diciendo: "Muy cuidada, siempre en garaje, la uso sólo para ir a trabajar".
Diecinueve llamadas después me encuentro con los chavales en Cadiz, donde los más tragones se habían metido a un McDonalds a jalar una hamburguesa (ahhh, en Cadiz una hamburguesa!, vade retro satanás!). Al volver para Jerez, donde yo había quedado a cenar con gente del foro Deauville un problema nos retiene y cuando lo resolvemos eran las tantas y yo estaba reventado (los años no perdonan) así que resolví quedar mal con ellos (una vez más, ay!) e irnos a la cucheta pronto porque viendo lo visto para llegar a ver la carrera de 125 al día siguiente habría que levantarse como tarde a las seis de la mañana. Y encima con una hora menos de sueño por el cambio horario, que seguro que es una conspiración de Pere Navarro para putear moteros, mira que ponerlo el día de Jerez, dónde vamos a ir a parar.

Continuará mañana: Un día en las carreras... y el bajón de la vuelta.

lunes, 26 de marzo de 2007

Dani Pedrosa se me ha caído...

No, ni se ha caído de la moto ni se me ha caído el poster que tengo de él en la habitación (que no tengo).
Se me ha caído como piloto después de verle en la carrera del domingo, sin atacar a Rossi y sin arriesgar su segundo puesto, como si se tratara de un abogado. Si todos los pilotos fueran así las carreras no tendrían sentido.
Se me ha caído como ser humano y como motero después de escuchar las estupideces que dice cuando en la rueda de prensa que dio después de su paseo motero con el alcalde Ruiz Gallardón le preguntan que por qué no apoya la lucha contra los guardarraíles asesinos, que cada años matan y mutilan a cientos de moteros.

Vean el vídeo de la entrevista en esta página: .....


Suelta joyas como "Bueno, no conozco el problema" o "Supongo que habrá que encontrar un compromiso para que los coches no se salgan".¡¡¿PERO EN QUÉ MUNDO VIVES?!!! Se nota que no vas en moto más que en circuito, y que los problemas reales, de la gente real, te la pelan soberanamente.

Consecuencia: me quedo con Lorenzo y con Bautista y con Barberá, que tuvieron los santos huevos de sacar un cartel antiguardarraíles cuando les enfocaba la tele en la parrilla de salida de la carrera de 250. Y además son más simpáticos y valientes en la pista. Vaya carrerón hicieron, partiéndose el pecho con Dovizioso, arriesgando en cada curva, como kamikazes, como funambulistas en el filo de la navaja. Mientras el pitufo gruñón corría calculando cuántos puntos le daba quedar segundo mordiendo el polvo de Rossi.
Esos son campeones y no como otros, que después de quedar segundos ni siquiera se acercan al público a saludar y agradecer su aliento, su fervor y el haberse desplazado cientos de kilómetros para verlos.

JEREZ. CRÓNICA DE UN INICIADO.

Capítulo 1. Llegamos, que no es poco.

Como ya les había anunciado, el pasado fin de semana me fui a Jerez, meca de los moteros españoles y objetivo de no pocas sectas de las dos ruedas.

Partí el viernes a una hora prudente, cosa de no pillar frío ni heladas (ni legañas) en compañía de Paco y Gaby, una pareja del Club Caponord que había conocido hace unas semanas ruteando por Guadalajara. Ellos bajan todos los años y conocen bien el camino. Hombre, perderme no me iba a perder, aunque no lleve gps mariquitoso, pero siempre es mejor viajar en compañía.
Partimos y desde los primeros momentos el ambiente moteril se palpaba en el aire. En las gasolineras, en la autovía, en todas las carreteras nos encontrábamos con moteros de uno en uno, de dos en dos o de doce en doce.

En cualquier parada se palpaba ya el ambiente moteril. La V-Strom (la más bonita) es la mía.

Lo malo es que también salian cientos de camiones y miles de enlatados así que Paco optó por ir fuera de la autovía en donde además, cada diez kilómetros había unos señores vestidos de verde dispuestos a darnos una simpática receta en cuanto nos pasáramos un pelo y recordarnos eso de “Te voy a pillar”.

Camiones, motos y escuters. Buen título para una canción.

Cual caravana de dos, ellos en su Aprilia Caponord y yo en mi V-Strom recorrimos los 600 y pico kilómetros en una larga jornada, amenizada con un par de paradiñas cafeteras y muchos compañeros por todos lados. Ellos son encantadores y las charletas nos demoraron un poco más de lo necesario, pero quien viaje en moto con prisas es que no sabe viajar en moto.
Gracias a ellos descubrí que la Mancha y el norte de Andalucía no son esos lugares áridos que hay que cruzar para llegar al mar mientras las niñas en el asiento de atrás dicen “Papaaaaa, cuánto falta?” cada cien metros. Verdes y onduladas colinas y rectas y curvas y más curvas nos llevaron a buen ritmillo (marcados por los 100 caballitos de la Capo que yo luchaba por seguir dignamente).
A partir de Córdoba me sorprende que haya gente en el costado de la autovía viendo pasar las motos, con banderas españolas, saludando y gritando. Parecía que los que íbamos a correr eramos nosotros. Orgullo español y motero (y lo aburrido que debe ser vivir en un pueblo de estos para que le plan del viernes por la tarde sea ver pasar las motos y digo esto sin ánimo de ofender a ningún habitante de pueblo pequeño, que conste). Los chavalines agitan sus manos y tu te sientes una mezcla entre Dani Pedrosa y la infanta de España. Luego, mirando más atentamente, te das cuenta que el movimiento que hacen con la mano no es un saludo, sino que hacen el gesto de acelerar, para que al pasar, los que lleven molinillos japoneses de cuatro cilíndricos y alma de exhibicionista les haga el VROOOOOOMMMM, VROOOOOOOMMMM, de un motor reventando válvulas en vacío. (reitero mi comentario pijo-madrileño sobre lo aburridos que están estos pibes).

Unos cincuenta kilómetros antes de nuestro destino Paco y Gaby me demostraron su sensatez: ellos se alojaban en una casa rural en El Bosque, en la sierra de Grazalema a 60 kms de Jerez, en la paz y tranquilidad de la campiña andaluza. Y por la mitad de precio de lo que me costaba a mí estar treinta kilómetros más cerca del circuito. Segunda muestra de sensatez: ellos volvían el lunes. Yo tenía pringue así que nos despedimos con un abrazo y una foto.

Paco y Gaby en su Caponord, máquina soberbia y ¡cómo tira la muy jodía!

Llego a Paterna de Rivera sobre las ocho y media. Un pueblo típico andaluz compuesto de dos calles principales, casitas blancas, viejecillos jugando al dominó en los bares y cien peloceniceros en scooter trucados y sin casco atronando y haciendo caballitos, para impresionar a chicas apretaditas –por lo gorditas, no por lo curvilíneas- que a su vez les escupen las cáscaras de las pipas que comen. Es que la vida pastoral es asín.
Les espero en el bar del cruce, decorado con trofeos al trabajo de los podencos (¿?). Le mando un mensaje a Marc, mi contacto con el grupo de moteros con los que comparto alojamiento. Inmediatamente me contesta que están todavía a 140 kilómetros. Pido algo de cenar, me apalanco viendo la tele y cuando me he visto el telediario entero y la mitad del programa de humor de Los Morancos me empiezo a preocupar. Una hora, dos horas, dos horas y media. ¿Y si estos me han tangado el dinero de la entrada? ¿Y si me he equivocado de pueblo? ¿Y si estos se han piñado? ¿Serán cómodos los bancos de la estación de Jerez? ¿Conseguiré un rincón donde tumbarme? ¿Es fiable el Carbono 14?

Finalmente escucho el rugir de unas motos que se detienen en la puerta del bar, mirando hacia adentro. (Porque oir, oir, ya había escuchado unas doscientas cincuenta motos pasar de arriba abajo, sin contar los scooter peloceniceriles). Y ahí están, los cuatro jinetes del Apocalipsis, quiero decir, los cuatro moteros barceloneses, cubiertos de polvo y fatiga, desmontando de sus cabalgaduras cual vaqueros después de llevar diez mil cuernilargos a través del río bravo, enfundados en cuero y cromo.
Y con cara de tener los riñones partidos después de 1200!!! Kilómetros a lomo de esas maquinillas infernales que parecen diseñadas por la asociación de traumatólogos japoneses, a juzgar como te pueden dejar las vértebras y las cervicales. Dos Hondas CBR 600 RR, una Suzuki GSX-R 1000 y una Suzuki TL 1000 R (que merece capítulo aparte) con unos escapes que hacían que un F-16 pareciera un pedo de caniche anoréxico.
Uno de ellos, enfundado en cuero negro, que resaltaba aún más su corpulencia me mira y entrecerrando los ojos grita:
MOTERO NEGRO: ¿Tú eres el madrileño?
YO: Jose Manuel para los amigos. ¿Qué? ¿vamos a la casa?
MOTERO NEGRO: (que es un chico recatado y no te lleva a su casa nada más conocerte). Espera, joder, que vamos a cenar algo primero…

En cuanto pudieron recuperar la verticalidad, quitarse los monos, cascos, guanes, cubrecuellos y por encima del ruido de sus lumbares se presentaron.
Marc, Lito (el motero negro), Jordi e Iván.
Empezaron a discutir con Marc, diciéndole que si iba muy despacio. Y Marc, diciendo que ellos iban muy rápido. Aquello era una especie de tema recurrente entre ellos, como me daría cuenta luego.
En poco tiempo me di cuenta también que eran muy educados, ya que desde el primer momento y siempre que estaban conmigo, hablaban castellano, algo a lo que no estoy acostumbrado cuando me junto con gente de su tierra.

Los Cuatro Jinetes al día siguiente, cuando habían recuperado forma humana. De izda a dcha Marc, Jordi, Lito e Iván. Obsérvese la ergonomía ideal de sus máquinas para hacer 1200 kms de un tirón.



Cenamos, nos tomamos una copa en el único bar del pueblo que estaba abierto y nos fuimos a la piltra, después de hacer el sorteo de camas y que le tocara a Marc la de matrimonio y de que Lito, mi compañero de habitación estuviera a punto de denunciarme a la Convención de Ginebra contra las armas químicas cuando me quité las botas.










Al poco rato estábamos todos roncando. En nuestros sueños se mezclaba la inquietud, los nervios y la excitación a partes iguales porque mañana era ¡JEREZ HORA CERO!

Mañana más….

JEREZ, LA KAÑA...

Acabo de llegar de un fin de semana de motos, risas, motos, kilómetros, motos y más motos...


1452,6 kms en 3 días.


Hoy 687. Estoy reventado, ya os contaré con lujo de detalles. Solo un adelanto-resumen: Jerez Rules!! O como decimos aquí Jerez es la Kaña de España!!



Lo mejor: la carrera de 250.

Lo peor: la cantidad de peloceniceros por metro cuadrado que había.

viernes, 23 de marzo de 2007

¡ME VOY A JEREZ!!!

Mi jacaaaaaa
galopa y corta el viento
cuando pasa por el puerto
caminiiiiito de Jerez.

A estas horas y a poco de partir a mi primer Jerez, no esperéis una entrada brillante. Bastante que me retrato con vosotros. Esta es la primera etapa de cumplir mi lista de sueños moteros, algo que creo hay que hacer por lo menos una vez en la vida.


Ya he revisado la moto, he puesto mis gayumbos de competición, chequeado las ruedas, cargado la cámara de fotos. He puesto dodotis por si me hago encima algo de la emoción. Tengo cenas el viernes y el sábado con amigos moteros y entrada en tribuna. ¿Qué más se puede pedir? QUE NERVIOS, POR DIOOOOOSSSSS Y SAN ROSSI!!!!!






El lunes os daré cuenta de la experiencia, mientras tanto, disfrutad de las motos este fin de semana, por activa y por pasiva. Y por supuesto de todo lo demás, que la vida es corta y nadie sale vivo de ella.

Las chicas del viernes (hoy llegan pronto)

Por una vez y para adelantar la emoción de las carreras, las chicas del viernes son temáticas. Paddock girls una vez mas!!! si señor muy original!!!

Chicas Yamaha, para que el Dottore no se queje. Así cualquiera.

Melandri demostrando que los pilotos son una raza especial: a mí me mira así un pibón como este y que le den a la moto, a la carrera y a San Dorna. Seguro que además le está hablando de amortiguadores, el muy...

Vistas desde la tribuna VIP. (si, ya se que es una makarrada, pero estaba a huevo)

Horteras son un rato largo, pero ¿a que tienen cierto encanto?


miércoles, 21 de marzo de 2007

Nadie como nosotros / Nessuno come Noi

Dedicado a todos mis amigos vesperos/escuteros...

Nadie como vosotros

http://www.youtube.com/watch?v=ajjo6euJjBE

Y si alguien me puede decir como cojones se hace eso tan bonito de que te quede la ventanita en el blog, en lugar de poner la cutrez del enlace, que me lo explique, por favor.

Motorcycle Bloggers International

Internet puede ser como las muñecas rusas: abres una y hay otra, y otra, y otra... Flipante. No me extraña que haya quien se quede colgado aquí dentro.

A través de un post en clubpiaggioX8.com he descubierto este sitio: el Motorcycle Bloggers International, una página que agrupa blogs sobre motos.

Mi primera reacción fue "¡Gracias Dios mío! ¡No estoy sólo! ¡Hay más frikis como yo en el mundo!"
Mi segunda reacción fue "Ahora sí que la hemos jodido, encima de postear me tengo que leer NOVENTA Y CINCO blogs asociados a este sitio". Apaga y vámonos.
De todos ellos, sólo uno en español, un chileno. El resto en gringolandia. Tienen cosas divertidas, como unos premios anuales (en los que me entero que los amigos Ewan y Charley están otra vez de viaje).
Por supuesto me he apresurado a inscribirme e inscribir este vuestro/mi blog. Pero ¡helas! hay que tener tres meses de antigüedad como blogger para que te admitan (algo así como la limitación para el A). En fin, en un par de meses lo intento de nuevo.
La dirección es http://www.mbiweb.org/ y si conseguís aclararos sobre cómo importar la lista de miembros, el sharpreader, el rss y su puta madre (yo he tardado un rato largo), tenéis lectura para rato.

¡FRIKIS DEL MUNDO MOTERO, UNÍOS!