martes, 29 de mayo de 2007
¿Hay alguien ahí?
Y eso que no ha llegado todavía nochevieja.... juas.
jueves, 3 de mayo de 2007
Tribus moteras. Cafe Racers

Los Cafe Racers también eran característicos de Francia e Italia. Siempre con sus motos de serie, a las que cambiaban los manillares por otros de competición, desnudaban la carrocería, agregaban depositos más grandes y suspensiones deportivas, retrasaban las estriberas, . La máquina Cafe Racer por excelencia fue la Triton, que montaba el motor de la Triumph Boneville en la parte ciclo de una Norton Featherbed.



Pero también se adaptaban BMW's, Ducatis, Guzzis, Laverdas y todo tipo de moto que pudiera correr, girar y hacer aullar sus escapes por los bulevares de París o las calles de Roma.
Los Racers se llamaban así por su afición a juntarse en cafés y tabernas y, por supuesto, beber café en lugar de alcohol. La cultura motera europea de esta época rechazaba las drogas, ya que consideraban que eran "trampas" (y porque supongo que mantener la cabeza serena era la única manera de sobrevivir durante un tiempo razonable). Cuenta la leyenda que se juntaban en bares con rockola (o jukebox, o gramola) y que se desafiaban a ir a algún punto y volver con la moto antes de que acabara la canción. Teniendo en cuenta que las piezas de la época raramente duraban más de tres minutos, la cosa debía ser complicadas. A mí si me dan a elegir pondría "The soft parade" de los Doors que dura 12 minutos. Je.
En un artículo de Noviembre de 1995 de Cycle World, Peter Egan describe un encuentro con un grupo de ellos en el Café La Coupole, de París en 1970: "Entraban en el bar, frotando sus manos para calentarlas y pidiendo grandes cantidades de café caliente, todos ellos llenos de esa energía especial que te da saber que eres una figura romántica en el sitio adecuado en el momento adecuado".

El término Cafe Racer sigue aplicándose a motos deportivas de estética retro, que tan de moda está ahora y que tan acertadamente han captado Triumph y Ducati con sus modelos que recuerdan aquella época en que las motos eran artilugios mecánicos, sin electrónica, y los pilotos eran pilotos y no "kemaos". Ver por ejemplo la Ducati GT1000, la Triumph Thruxton, entre otras...


A Queimada I edición...
Entonces grito “¡EEEEEHH, QUE SE OS ESTÁ JODIENDO LA ALFORJA!!”. Se miran entre ellos, y ya pienso en hacerles un gesto que diga “Vuestro equipaje no sólo se va a mojar sino además os quedáis sin funda en cualquier momento, voto a bríos”, pero como para eso tengo que soltar las manos y las piernas de la moto opto por un mensaje más concreto “¡¡¡¡¡¡¡EEEEEEEEEEEE!!!!!!!” y señalo la alforja.
Veo una lamparita que se enciende sobre el casco de Delli y pasa de mí. Bueno, me vuelvo a poner detrás para que el GPS de la diggina siga currando. Al cabo de unos kilómetros veo pasar un trocito de plástico negro volando. Como las ruedas y las cazadoras de la parejita parecen enteros, me doy cuenta que la funda se está desintegrando. Me vuelvo a poner delante y señalo la salida de un pueblo, nos paramos y vemos que efectivamente, la funda se está quedando en una mezcla entre el mono de Sete Gibernau y un cuadro de expresionismo abstracto.
Como además de observador soy increíblemente inteligente, el pueblo por donde decidí que saliéramos era el que debíamos salir para salir (vaya chamba) así que Delli se para a preguntar a un lugareño, sexagenario y boinudo, si la carretera que marcaba el GPS estaba bien. Creo recordar que el señor dijo que sí, pero también nos estuvo contando durante veinte minutos de cuando por ahí todos iban en carros, algo de la mulas y el cura (o las mulas del cura) y de cómo se hizo el ferrocarril y cómo pasan camiones llenos de piedras. Y me parece que, o alguna de esas piedras le cayó en la cabeza o es que llevaba hablando con las ovejas demasiado tiempo.
Finalmente, como no habíamos conseguido llegar demasiado tarde nos paramos a hacer unas fotos

Finalmente llegamos a Pobra de Tribes, donde los compañeros nos recibieron con los brazos abiertos, la mesa puesta y las motos guardadas. Como siempre, un coñazo de gente, un asco de comida –yo repetí la merluza-, y todas esas cosas horribles que siempre nos ocurren cuando nos encontramos.
DOMINGO 29
Tras un dulce despertar en el que Dallegas fue tocando a nuestras puertas a las ocho, nos encontramos para el desayuno y le sugerimos que para la mañana siguiente introdujera una variante para tocar diana, con las siguientes opciones:
a) que no tocara a la puerta sino que nos trajera el desayuno a la cama
b) que nos trajera el desayuno, pero en lugar de él mismo que fuera una masajista (o masajisto según los gustos) vestido de uniforme de masajista/o (lencería negra de preferencia) mientras suena una dulce melodía de fondo.
c) O que hiciera testamento y se preparara para encontrar las ruedas de su moto pinchadas, el motor gripado y todo el carenado cubierto con pegatinas del clubpiaggioX8…
Creo que cogió la indirecta porque al día siguiente nos dejó a nuestra bola y como somos todos muy pero que muy formales, conseguimos quitarnos las legañas a tiempo…
El domingo fuimos a Monforte de Lemos, cuyo precioso castillo tomamos por asalto, aparcando nuestras motos para hacer la “foto oficial de motos en sitio prohibido para motos”. Como corresponde.


En to el medio del monumento, es que estos moteroooosss...
Nos subimos a las burras antes de que llegara la autoridad competente y empezamos a rular por una carretera con un paisaje precioso, bordeando el río Sil. La carretera no era tan preciosa y más de uno tuvo que parar a recoger los empastes y/o la dentadura postiza, que ya uno tiene cierta edad. Por suerte la suspensión de la V-Strom está hecha para este tipo de carreteras, pero creo que los sesos de más de uno de mis amigos escuteros se estaba moviendo más de lo aconsejable dentro del casco.
Pero valió la pena, porque enseguida llegamos a Os Peares, un pueblecito arrinconado entre los barrancos de la Ribeira Sacra, donde dimos cuenta de una frugal pitanza de pulpo a la gallega y carne asada…
Más tarde visitamos el monasterio de San Estevo y el monasterio de San Pedro de Roc, que además tiene un manantial con propiedades curativas, desde hacer crecer el pelo hasta borrar las arrugas, aunque a juzgar por la pinta de los que venían delante nuestro –una excursión del inserso- no me fiaría mucho de lo que dicen. Gracias a Dallegas que nos explicaba todo, con el mérito añadido de no mirar la chuleta ni pedir propinas.
Luego volvimos al hotel no sin antes hacer unas tandas libres por una carretera, la OU-636, de magníficas curvas y asfalto perfecto. Disfrutamos como enanos, yo el primero, intentando el difícil arte de hacer rozar las estriberas sin hacer rozar el casco. No conseguí ninguna de las dos cosas, pero la verdad es que fueron unos kilómetros de esos para los que los moteros vivimos (y que dios nos conserve los puntos). Esta carretera pasa a mi lista de tramos-moteros-míticos, junto al Puerto del Pico en Ávila, la carretera de Tragacete en Cuenca o el Puerto de la Cruz Verde. Lo único malo es que alguien ha tenido la ocurrencia de poner pueblos entre medias, donde hay que reducir la velocidad a 50 para no tener más disgustos de los necesarios, ya sea un coche que se atraviesa, ya sea un señor de verde al que se le atraviesa tu carné de conducir.
Lunes 30
Partimos de buena mañana y visitamos el balneario de Os Baños de Molgas, donde una fuente de agua sulfurosa a 49 grados surge de la falla que recorre Galicia de Norte a Sur (Dallegas dixit). Saliendo del pueblo nos pilla el primer aguacero de la quedada, pero ya podíamos darnos con un canto en los dientes porque hasta entonces el tiempo nos había respetado. Aquí dejó de hacerlo y como cualquier pervertido, que cuando empieza a no respetar ya no para, no dejó de incordiar lo que nos quedaba de día.
Siguiente parada: Requeixo, donde hay un bosque pintado por Ibarrola, curiosa obra de arte integrada en la naturaleza, con sus árboles de colores cuyos motivos van cambiando según el sitio desde los que los mires. Pero lo que más éxito tuvo fue un puente de madera que Luzbel, Delli, Dalle y otros intentaron romper a base de saltar encima. Vaya inmaduros… pero molaba un huevo, juas…
En Allariz comemos de nuevo frugalmente unas almejitas con pasta y sin pasta y pescaditos y carnes varias (de las de comer) y luego visitamos el museo del cuero, con nuestra amiga Clara/Isia, forera honoraria y nativa del lugar. Empieza a diluviar, así que optamos por ver pasar la vida debajo dentro de un gran tejado junto al río para ver si paraba un poco, en un alarde de nuestro irreductible espíritu motero, ajeno a las inclemencias.
Ultima parada, Rivadabia, donde se celebraba una feria del vino y que algunos aprovechamos para mojarnos también un poco por dentro, además de hacer acopio de queso y chorizos, pero sólo por una curiosidad antropológico-culinaria.
Volvemos al campamento base, ya de noche, y la mítica OU-636 esta vez es la puñetera carretera 636, fría, húmeda, fría, oscura y fría (de coj….).
En el hostal (Hostal la Viuda, por cierto, muy bien puesto, con un personal amabilisimo y encantador aunque siempre llegáramos tarde a cenar y le pusimos perdidos de barro los pasillos) después de cocernos un rato bajo la ducha caliente para volver a convertir en dedos y piernas lo que parecian trozos de madera congelados, una cenita amenizada con charlas filosófico-moteras hasta las tantas. Y por supuesto una buena tanda de chistes, cuanto más guarros mejor. Me quedo con el del cincel que contó Digesto (de lo más guarro que recuerdo en mi vida).
Y por supuesto la famosa queimada, deliciosa de preparar y más deliciosa de catar. Lo único malo es que había poca para la panda de bebe-sin-sed que éramos, aunque hubiera hecho falta unos doscientos litros para que nos diéramos por satisfechos…
Lunes 1º de mayo, día del trabajador.
Como dice el refrán, todo lo bueno se acaba y si es muy bueno acaba antes, hoy era día de despedidas. Remoloneamos un poco más en la cama y, con la emoción contenida dijimos adiós a los queridísimos amigos que hemos hecho en estos días. Partimos hacia los cuatro puntos cardinales, arropados por el recuerdo de tres días inolvidables y todas las capas de abrigo que llevábamos porque de nuevo, a la vuelta, hacía un frío del carallo.
Compañeros Bravús, un brindis por vosotros, que no sea la "primera" ni la última vez que nos veamos… OS LLEVO EN EL CORAZÓN

martes, 17 de abril de 2007
CERDOS SALVAJES. Ni tan cerdos ni tan salvajes



Lo mejor: la motos de los protas, en especial la que lleva Travolta (que para algo debe ser el que más cobra) y la aparición estelar de un icono del moterismo de celuloide –los que la hayan visto sabrán de qué hablo-. Como no soy muy muy harlista y con alivio veo que no soy tan friki como creía no la he podido identificar, aunque creo que es una V-Rod tuneada ligeramente. Se agradecerán datos, si los tiene alguien.
Hombre, para pasar el rato está bien, pero nos queda la duda de si alguien, alguna vez, hará una buena película sobre motos. A saber.
Ooops, lo he hecho otra vez
No contento con engancharme al mundial de moto GP, no contento con dejarme la pasta en Amazon comprando toda clase de libros y vídeos moteros, no contento con empezar a convertirme en el mejor protagonista de mis propios tests de frikismo…
ME HE ENGANCHADO TAMBIÉN A LAS SUPERBIKES
Sobre todo después de ver las carreras de Valencia.

Bayliss compitiendo con un dedo amputado y la zona noble destrozada (estuvieron a punto de amputarle un testículo),

Haga, Toseland y Biaggi luchando cuerpo a cuerpo en cada curva hasta la última vuelta… la leche.
Ayuda, claro está, que Moto GP está empezando a verse como un nuevo paseo triunfal de Valentino Rossi, que este año me temo que va a pasar por encima a todos. También que Dani Pedrosa cada día me caiga peor, por soso, antipático y atontao, pero sobre todo después de su mítica respuesta al tema de los guardarraíles. Se me ha caído pero bien.
La cuestión es que ahora ya puedo llenar los huecos entre grandes premios de la más conocida categoría "reina" de la velocidad y atontolinarme delante de la tele prácticamente todos los fines de semana de aquí hasta octubre…
Oleeee, y así de paso me olvido del Madrid. Juas.
viernes, 13 de abril de 2007
La chica del viernes. Julie Wood.




TEST: GRADO DE FRIKISMO MOTERO

a. Tía buena! Súbete a mi motooooo!
b. Es una Gilera clásica bastante descuidada.
c. Es una Gilera del año tal con motor tal y un cilindro y cambios en el depósito y es de mi colega Paco, seguro, porque él colecciona este tipo de clásicas. ¿Cuánto valdrá?
a. Coño, una moto de las de correr mucho…
b. Es una Kawasaki Z750
c. Es una Kawasaki Z750 modelo 2005 con escapes de carbono, colín monoplaza, alzadores de manillar y neumáticos Pirelli Corsa Diablo.
a. Ir a cenar al mejor restaurante de la ciudad, luego unas copas y luego a la camita juntos.
b. Llevarla al parador de Segovia en la moto, pasando por Sevilla y Valencia.
c. Quedaros en casa viendo en la tele el DVD de los mejores momentos de MotoGP 2006.
a. ¡Pelocenicero! Este se va a escoñar en cualquier momento.
b. Quién pudiera estar ahora encima de esa burra!
c. ¡Quién pudiera estar ahora encima de esa Honda VTR 1000 SP2 con escapes Thunder!



b. La Harley, que mola mogollón y no veas cómo suena.
c. Joder! ¿Por qué no me puedo quedar con las tres???
a. Vas corriendo a viajes Halcón y reservas un fin de semana en Benidorm.
b. La llevas a Benidorm en moto.
c. Le dices que vale, que se venga el fin de semana a casa que acabas de comprarte la serie completa de "Long Way Round" de Ewan McGregor.
a. Comprendes que es hora de madurar y que las parejas hay que construirlas sacrificando un poco cada uno.
b. Pactas con ella un calendario y horario de salidas moteras.
c. Prefieres quedarte sin novia ( si es que tienes).
a. Echas un vistazo rápido al escaparate a ver si hay algo interesante y sigues tu camino.
b. Miras a ver si la dependienta está buena y si es así, entras a preguntar si tienen el candado Lumax Forza 5486.
c. Nunca pasas por las tiendas, en todas ellas tienen tu teléfono y te llaman para ofrecerte lo que les va llegando nuevo.
a. Fútbol, política, cine, cotilleos.
b. Motos, fútbol, política, cine, cotilleos.
c. La estrategia de neumáticos de Yamaha en el último GP de Jerez y la nueva gama de novedades moteras 2007 (hasta las 6 de la mañana).
a. Un chalet con jardín y piscina, en el centro de la ciudad y con el metro al lado..
b. Un chalet con jardín y piscina, con garaje donde guardar la moto.
c. Un garage con capacidad para cinco motos, zona de taller, en un pueblo con carreteras de muchas curvas y una cama plegable en un rincón.
Entre 50 y 100 puntos: Eres una persona normal, que utiliza la moto como entretenimiento y diversión, consciente de los riesgos que implica pero te resulta muy cómoda para ir a trabjar. En verano, los fines de semana la utilizas para salidas con amigos. De gustos aceptables socialmente, tus amigos te aprecian y tu pareja te quiere. Vamos, un coñazo de tío.
miércoles, 11 de abril de 2007
WILD HOGS, la película

LIBROS MOTEROS. LEANINGS (1 Y 2) DE PETER EGAN

LEANINGS
De Peter Egan.Motorbooks Co. 320 paginas.
La depresión sin-moto y la depresión post-vacacional-está-lloviendo-sin-moto la he podido combatir leyendo esta recopilación de artículos de Peter Egan, columnista de la revista americana Cycle World. Leanings significa literalmente "tumbadas" en la jerga inglesa. Egan lleva 30 años escribiendo sobre el mundo motero y es un friki de cuidado. Siempre tiene por lo menos tres motos propias en el garage, número que varía según sus operaciones de compra venta. Restaura motos inglesas antiguas pero también pilota Ducatis deportivas, tetracilíndricas japonesas o Harleys. Vamos, que le gustan todas (¿a quién me recuerda?).
Pero sobre todo es un excelente escritor, divertido, ameno y siempre entretenido, con ese humor que el periodismo anglosajón domina tan bien –al contrario del nuestro, que los relatos de viajes parecen listas de la compra en la mayoría de los casos-.
Algunos de sus artículos no tienen desperdicio, como por ejemplo: "Cuántas motos se necesitan para ser feliz". La respuesta es cinco: una de enduro, un sport-turismo, una deportiva, una clásica y una harley o custom. Se ve que la felicidad está lejos aunque yo me conformaría con tres. Por cierto no incluye scooters (él se lo pierde).
Hablando del tema también hay una excelente crónica de un viaje que hace con un colega, él montado en un Honda de 50cc, y su amigo ¡en bicicleta!.
O su primer viaje al TT de la Isla de Man, que inmediatamente he incluído en mi lista mental de sitios a los que no se puede dejar de ir antes de palmarla.
Si podéis leer en inglés es lectura obligatoria. Lo malo es que te da malas ideas, ¡a Loquillo le bastaba un camión para ser feliz!.
Tiene una segunda parte, con una nueva selección, que es igual de buena que la primera y se llama claro está Leanings 2.
lunes, 9 de abril de 2007
Cuantas curvas y yo con estos pelos...

lunes, 2 de abril de 2007
CERRADO POR VACACIONES
Igual me aburro mucho y actualizo, pero sin compromisos. Relax hermanos y buenas vacaciones.
viernes, 30 de marzo de 2007
La chica del viernes. Katja Poensgen.



A los 14 años, su familia, harta de su insistencia, acabó comprándole una Suzuki RG 125. En 1993, Katja debutó en la competición, en la Copa Juvenil de Alemania. Quedó última... Pero como las cosas muchas veces acaban dando la vuelta, dos años más tarde se haría con el título. Y, así, poco a poco, la joven de las trenzas se iría haciendo un lugar, aunque tuvo que quedar última unas cuantas veces.

En 1995, fue campeona juvenil de Alemania, y en 2001 consiguió todo un hito: llegar a un Mundial (fue en Japón), con apenas 24 años. Entonces ya declaraba que su objetivo a largo plazo es “ser campeona del mundo”. En ese Mundial acabó en el puesto número 22.

Katja Poensgen nació el 29 de septiembre de 1976, en Mindelheim, Alemania. Corría con el equipo Honda (Dark Dog Moleenar) 250 cc., aunque durante una época buscó patrocinador. Su debut en el gran circuito fue en 2001, en el Mundial de Japón, y su mejor puesto fue el conseguido el año 2003, en Italia (quedó 14ª). En su haber, tiene 15 grandes premios, y su puesto medio en la clasificación de los top es el 19.
Por supuesto, ser una chica y estar bastante buena la ha convertido en foco de atención más que por su carrera deportiva que es discreta. Pero un en un mundo de hombres como las motos siempre está bien ver una nota discordante.

Herejía...

AAAAAAAAARRRRRGGGGGHHHHHH!!!!, HEREJÍA, BLASFEMIA, VADE RETRO, ESPANTO...

Sonny Barger cuando todavía era un hombre y no una madikita probmw y ge-pe-ese.
Si este texto circulara entre todos los jarlistas a más de uno le daría un ataque, porque nunca he conocido a tíos tan "marquistas", fanáticos, acérrimos defensores de sus "hierros" que los que llevan las motos de Milwakee -quitando quizás a los ducatistas que son también otros integristas pero de distinto pelo-. Y eso que hoy en día las jarlis están mejor hechas y ya no pierden aceite, pero supongo que la imagen es la imagen.
Que nadie me interprete mal, me caen bien los harlistas y los customeros en general, pero a mí personalmente son motos que no me dicen nada. Y no entiendo que se sacrifiquen prestaciones, agilidad, comodidad, buen mantenimiento, precio y facilidad de uso sólo por una cuestión de IMAGEN. Todos los moteros somos algo pijos, pero eso me parece un exceso.
Bueno, también es verdad que sería difícil imaginar a los Angeles del Infierno montados en una BMW (aunque cosas más raras se han visto).
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¿La BMW 1200 la quiere con puños calefactables?
jueves, 29 de marzo de 2007
Libros moteros: La vuelta al mundo en Vespa en 79 días.

Santiago Guillén y Antonio Veciana.
212 páginas.
Ed. Dossat 2000.
¿Dar la vuelta al mundo en una Vespa? ¿En 79 días? ¿En 1962? ¿Dónde está el hospital psiquiátrico más cercano? Esas son las preguntas que en rápida sucesión se me ocurren cuando se piensa en una hazaña de semejantes proporciones. Y sin embargo Santiago y Antonio lo consiguieron. Ole por sus cojones.
Esta es una reedición del libro original, aparecido allá por el 67 y que sin embargo ha pasado casi al olvido. La editorial Dossat, dentro de su colección Narrativa del Motor lo ha vuelto a imprimir en una edición muy cuidada. Tapa dura, abundantes fotografías y un formato muy agradable de leer.
Quizás una de las razones para que esta aventura no sea muy conocida sea el hecho de que el espíritu es muy "de la época", por decirlo de alguna manera. Los dos protagonistas, miembros del Frente de Juventudes, calculan el viaje para salir el día de Santiago Apóstol y llegar el día de la Virgen del Pilar. Contaban con todo el apoyo oficial del gobierno de la época y constantemente hacen referencia al espíritu de la España nacional y sus símbolos, que pasean con orgullo por todo el mundo. Como muestra un botón:
"Peluquería en Figueras. Cinco veces en el viaje y ni un solo día sin afeitar. Era algo convenido. Siempre nos indignó que fuera inevitable ir sucio para viajar. Teníamos que dar la vuelta al mundo como íbamos por Madrid" (pag. 47).
"Las carreteras de Pensilvania en aquella época estaban saturadas de anuncios sobre elecciones, que, a nuestra mentalidad, puede que más alegre en ocasiones, pero también más seria en otras, resultaban francamente algo pintorescos." Pag. 191.
El libro termina, a modo de epílogo, con una ofrenda en la Basílica del Valle de los Caídos de muestras de tierra de todos los países que han atravesado "junto a la piedra bajo la cual reposa José Antonio, el español que soñó la unión de los hombres y las tierras de España y el universo" (pag. 212).
No quita que sea precisamente ese espíritu, el del español recio y templado por la Cruzada uno de los encantos del libro, que rebosa ingenuidad y buenas intenciones a partes iguales. Santiago y Antonio reivindican el espíritu del Conquistador español, el que con 150 hombres fue capaz de machacar el Imperio Inca. Políticamente incorrecto, hoy en día, pero sin lugar a dudas una pieza de antropología social de indudable atractivo para el lector de 2007.
Todo esto no quita el enorme mérito de los dos chavales que, cargados con 190 kgs de equipo, 175 navajas de Albacete y 50 capotes de torero en miniatura, se enfrenten a las carreteras de medio mundo, sorteando montañas, inundaciones, desiertos, bandidos y gastroenteritis varias.
El libro en sí no está muy bien escrito y el hecho de que la mitad del recorrido lo tuvieran que hacer a velocidad de reventar motor para cumplir con su promesa de emular a Phineas Fogg le quita bastante interés, ya que de la mayoría de los sitios no quedan más que impresiones fugaces. Pero incluso esto lo hace más meritorio, sobre todo porque le echan un morro blindado en algunas situaciones: cómo atracan a Dali para que les pinte la moto, como se cuelan en las residencias oficiales gracias a la banderita de España que llevan en la Vespa al a que hacen pasar por vehículo oficial y sobre todo, que en toda recepción oficial, ya sea en Nueva York o en el desierto de Afganistán, van siempre de impecable traje y corbata.
Las fotografías son interesantes y el espíritu aventurero es indudable. Hay un prólogo a la nueva edición escrito por Santiago y otro de la antigua, por el jefe del Frente de Juventudes de Albacete, uno de los padrinos de la aventura.
La Vespa que se utilizó para el viaje está actualmente en el museo de la fábrica italiana en Génova.
Pese a sus defectos, un libro muy recomendable para los vesperos y moteros en general, que apreciarán la locura y el encanto de semejante viaje.
miércoles, 28 de marzo de 2007
JEREZ. CRÓNICA DE UN INICIADO (y 3)

El domingo nos levantamos pronto, a eso de las ocho para tener tiempo de pasar el atasco y acomodarnos en la tribuna sin agobios. Desde primera hora, el ruido de los motores de motos de todas las cilindradas y colores nos acompañaba, incluso desde la puerta de casa, ya que un grupo de Sabadell estaba en la de los vecinos.
Desayuno, repostaje y para allá que vamos.

Al llegar al circuito encontramos una entrada diferente a la de ayer, bastante menos congestionada y conseguimos aparcar en tiempo record de cuarenta y cinco minutos. Nos sentamos en la J4 en el momento en que las 125 estaban dando la vuelta de warm up.
Hoy no cabía un alfiler, la gente vestía sus mejores galas, la tribuna reventaba, se hacían las olas y la excitación se palpaba en el ambiente.
Las camisetas mostraban diferentes lealtades, repartidas equitativamente entre Rossi y Pedrosa.
Los altavoces atronaban con un par de locutores gaditanos muy muy graciosos que animaban a la gente a hacer olas,
saludaban a los amigos y, lo mejor, sabían bastante de motos. Ojala los pillaran para las retransmisiones de TVE en lugar de los sosos que nos toca pagar de nuestros impuestos.
La carrera de 125 estuvo divertida, con Talmacsi robándole la cartera a Pesek en la última curva. Lástima por las Derbi, que parece que están levantando cabeza por fin, pero bueno, un segundo puesto no está mal.
Nadie lo sospechaba entonces, pero pronto empezaría la carrera estrella. Cuando todos esperábamos ver una exhibiciòn de Lorenzo como en Qatar, vimos una pelea de perros entre el mallorquín, Bautista, Dovizioso y Barberá. Iban envenenados, adelantándose todo el rato, pegándose en las curvas, rozando carenados, apurando las frenadas.
Barberá cometió un error a mitad de carrera, yéndose al suelo y la cosa quedó entre Bati, el chupachups y Dovi. Lo de Álvaro tiene mucho mérito, le echa cojones al tema siendo su primera temporada en 250. Peleó hasta el final, hasta que Lorenzo, que ha madurado mucho y aprende cada día, esperó su momento, adelantó a todos y se escapó, dejando al de Talavera y al italiano pegándose por el segundo puesto.
Todo el mundo coincidía en que era una de las mejores carreras que había visto en mucho tiempo. Luego la celebración de Lorenzo, su bandera "Lorenzo’s land" y demás.
Por fin llega el gran combate de la noche, la atracción estelar, el duelo de titanes: Moto GP.
Los motores reventaban los tímpanos en la primera curva. Es un sonido potente, grave, que sientes en las tripas, en los huesos. Nada que ver con la retransmisión televisiva. Además, saltar gritar y chillar delante de tu tele no es lo mismo que hacerlo junto a otros ciento cuarenta mil. Dani sale muy bien, manteniendo el primer puesto, Hayden se queda, Checa y Elías también. La tribuna estalla al ver al pitufo liderando la carrera.
Pero la alegría dura poco: en tres curvas Rossi adelanta a Pedrosa y… se acabó la carrera. Rodadndo muy muy fuerte, el espaguetti se va yendo, poco a poco.
Pedrosa lo intenta, pero tiene que cuidarse por atrás, ya que tiene a Edwards besándole el culo. En la vuelta 13 se da un susto morrocotudo, la moto le patina, pisa la tierra durante un momento y parece que se va a ir al suelo. Entonces decide asegurar el segundo puesto y deja a Rossi escaparse hasta que llega a tener una ventaja de más de un segundo.
Una carrera que nos dejó fríos, parecía fórmula uno. Ya nada se movió excepto la remontada de Elìas, que se colocó cuarto. Esta vez las Ducatis no podían aprovechar su potencia y Stoner quedó quinto, por delante de Checa y Capirossi, que entre que va a ser papá y que su amigo Locatelli está en el hospital echo una braga parecía estar pensando en otra cosa.
Mucha gente empezó a irse a dos vueltas del final, como en los partidos en los que el equipo local va ganando cuatro a cero, pero sólo que esta vez era al revés.
A la salida uno de los que iban conmigo comenta: "Me temo que el famoso duelo Rossi-Pedrosa va a ser como el duelo Crivillé-Doohan". Sin comentarios.

La salida del circuito se hizo más o menos ordenadamente, con los consabidos empujones de "quítate tú pa ponerme yo". Rodamos hasta Paterna y allí preparamos el equipaje. Me despido de los catalanes, prometiendo permanecer en contacto. Ellos saldrían un poco más tarde, aunque no se harían todo el viaje del tirón, sino en dos etapas.
Mi plan original era ir ruteando tranquilamente hasta donde me cansara, dormir en algún sitio y seguir a Madrid por la mañana. Pero el romántico plan de easy rider me duró poco, porque todas las carreteras secundarias estaban petadas de coches y motos, atascos que, aunque te podías saltar metiéndote por el carril contrario te agotaban. A la caída del sol, llevaba dos horas y media conduciendo y había hecho sólo 150 kilómetros. A ese paso llegaba a Madrid el miércoles. Cuando me encontré en Écija, a las puertas de la A-4. La idea de seguir ruteando de noche por carreteras que no conocía no me pareció ideal y estaba a huevo de llegar a Madrid si tiraba por la autopista (me quedaban poco más de 400 kms.). Así que mandé a Peter Fonda a freír espárragos y me metí los kilómetros de autovía uno detrás de otro, parando una vez para cenar algo y poner gasofa, disfrutando de lo coñazo, aburrido e incómodo que es ir en moto por autopista.
De vez en cuando los controles de la Guardia Civil te obligaban a bajar la velocidad. La moto respondía bien, tirando a 6.500 vueltas en sexta a 140, aunque de vez en cuando una RR pasaba a mi lado como una exhalación.
A la 1.30 de la mañana estaba entrando en la M40, a la 1.45 por la puerta de casa.
Y ahí fue cuando tuve el único incidente grave de todo el viaje. Estaba en el semáforo para girar a la izquierda en la avenida en la que vivo. Se pone verde y cuando estoy por arrancar veo un coche que viene de frente. Como yendo en moto no me fío ni de mi madre en lugar de cruzar como me correspondía espero un poco. Menos mal: el tío (o tía no lo pude ver) ni siquiera bajó la marcha y pasó como un rayo frente a mí. Si llegaba a tirar siguiendo mi semáforo verde me hubiera llevado por delante y a esa velocidad, me temo que me hubieran recogido con cucharilla. Manda huevos que después de tres días y 1.500 kilómetros esté a punto de matarme a cien metros de mi casa por culpa de un bacaladero mamón daltónico. La jostia.
Aparqué la moto en el garaje un poco triste, como en todos los viajes cuando plantas la bicha en el caballete, descuelgas las maletas y te quitas el casco. Es esa sensación de los domingos por la tarde cuando eras pequeño y volvías en el coche con tus padres del parque, o de la excursión… Todo llega y todo acaba. En fin, no somos nada.
Me acosté reventado, pero feliz. Y ya tenía ganas de coger la moto otra vez para lanzarme a la carretera.
Esa noche soñé con el motor debajo mío ronroneando, el puño del acelerador vibrando en mi mano y el viento y el ruido en mis oídos.
martes, 27 de marzo de 2007
Nunca digas nunca...


JEREZ. CRÓNICA DE UN INICIADO (y 2)
Al día siguiente nos levantamos a una hora prudente, desayunamos un cafelito y un poco de queso con aceite y partimos hacia Jerez a ver los entrenamientos. No sin antes darle 24 patadas a la puerta del garaje que no se abría hasta que vino el padre del dueño y la abrió con un toque maestro y unos brazos de levantador de pesos.
Durante el viaje seguimos encontrando motos y más motos, motos y más motos. Ya ni se saluda, porque si no acabas conduciendo todo el día con la mano izquierda levantada. Esos cuarenta kilómetros además han cambiado mi vida motera, (ya os explicaré en el próximo post por qué).
Al llegar al circuito el shock psicológico: hay que estar preparado para ver UN ATASCO DE CIEN MIL MOTOS.

Quitando que te quedas medio sordo de estar escuchando constantemente un vruummm, vrummmm, vruuummm de todas las motos en ralentí (con algún ocasional vruuuuiiiiiiiiiiiiiiiiiiiimmmmm de algún quemado haciendo corte de encendido), de que te cagas en la madre que lo parió al que te pisa el pie derecho con su rueda delantera y que el maki de turno te mete su bicha para ganar treinta centímetros en la cola, es cojonudo lo de circular en moto así.
Eso me lleva a pensar que si todos montáramos moto los atascos serían grandiosos y tendríamos la muñeca izquierda enyesada (de tirar y soltar el embrague unas veintidos veces por cada cien metros).
En el mogollón me quedo enmelonado mirando todo tipo de motos y todo tipo de acompañantes subidas al sillín trasero. Nota del autor: ahora entiendo el significado de la palabra amor: no es "nunca tener que pedir perdón" sino "tírate cinco horas montada en una almohadilla minúscula, en la postura de la rana y mostrando el tanga" (pena que de eso no tengo fotos).
En total hicimos una media de 100 kms/hora hasta la rotonda del circuito y luego unos 100 metros/hora desde la desviación hasta el parking.
Superado el mega-mogollón atasco buscar un hueco para aparcar. Luego la ceremonia quitarcascoguanteespalderacubrecuello y candarmotolatuyaconlamiaytodasjuntasperonorevueltas, nos vamos a las taquillas.

Había motos de todos los colores, nunca mejor dicho
Todo hay que decir que la organización funciona muy muy bien, siempre muy amables y simpáticos, tanto la gente de seguridad como la guardia civil y la gente de taquillas, guardacascos etc. Mis amigos de Barcelona destacaron siempre lo bien que funcionaba todo (dentro de un desmadre semejante) en comparación con Cheste o Monmelón…


Nos acomodamos en la tribuna, la J-4 entre la curva Expo 92 y la Michelin, justo después de la recta de meta.



Ambientazo tribunero
Los entrenamientos y calificación emocionantes, sobre todo la de Moto GP en la que Dani Pedrosa le quitó la pole a Rossi en el último minuto. Todos aullamos y saltamos cuando vimos en la pantalla gigante la hazaña del pitufo gruñón…. Oeee, oeee, oeeee….

Pedrosa puliendo la pole de Rossi
Mega atasco motero para salir otra vez y nos vamos al puerto de Santa María a tomar algo.
De uno en uno y con el casco puesto
Por supuesto me pierdo de mis compañeros y al llegar al Puerto me encuentro otro megamogollón.
Los vuelvo a encontrar, los vuelvo a perder y cuando voy a dar la vuelta me entero que las rotondas están cerradas y hay que tirar y tirar para adelante.
La mayoría de los moteros van bien, tranquilitos, circulando con varios cientos de enlatados, algunos de ellos alucinando en colores. Me imagino al señor llamando a la señora por el movil y diciéndole "Shiquiya, no me ehpereh pa cená questoy en un atahco de treh pareh de cohoneh. Y eh de moteroh, pisha".
Tiro por el paseo de Valdelagrana y a los lados cientos y miles de personas con banderas, cámaras de fotos, jaleando a los peloceniceros de turno que empiezan a cortar encendido (VRUUUUIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIMMMMM), a hacer caballitos (VROOOUUUOOOOOUUUUUMMMM) o invertidos (VROOOMMMMSCRIIIIIIIIIIIICHHHHH PATAPLÓF!). Debo decir que en proporción a los tropecientosmilmillones que por ahí andábamos eran pocos y la mayoría parecían locales. Descripción de pelocenicero gaditano: sin casco, pelo cortado a cero, sin matrícula, en camiseta y vaqueros) algunos con RR’s pero la mayoria con scooters y motos de enduro de baja cilindrada. De esos que luego la venden diciendo: "Muy cuidada, siempre en garaje, la uso sólo para ir a trabajar".
Diecinueve llamadas después me encuentro con los chavales en Cadiz, donde los más tragones se habían metido a un McDonalds a jalar una hamburguesa (ahhh, en Cadiz una hamburguesa!, vade retro satanás!). Al volver para Jerez, donde yo había quedado a cenar con gente del foro Deauville un problema nos retiene y cuando lo resolvemos eran las tantas y yo estaba reventado (los años no perdonan) así que resolví quedar mal con ellos (una vez más, ay!) e irnos a la cucheta pronto porque viendo lo visto para llegar a ver la carrera de 125 al día siguiente habría que levantarse como tarde a las seis de la mañana. Y encima con una hora menos de sueño por el cambio horario, que seguro que es una conspiración de Pere Navarro para putear moteros, mira que ponerlo el día de Jerez, dónde vamos a ir a parar.
Continuará mañana: Un día en las carreras... y el bajón de la vuelta.