Muchos los descubrimos allá por los primeros ochenta, gracias a la película Quadrophenia, basada en el disco del mismo nombre de los Who. Iban con chaqueta y corbata, pelo corto y sobre todo, conducían scooters. Eran los más “cool” pero también unos machotes anfetamínicos que les podían sacudir de lo lindo a los “duros” rockers de las Harleys. En el fondo era una pequeña venganza para los alfeñiques como uno, que vivíamos las chupas de cuero y las gafas de rock entre el temor y la envidia. Por fin había una tribu que le daba cera a los del tupé.
Juro que aprenderé a poner la ventanita, como Escarlata O'Hara, de momento habrá que conformarse con el vínculo.
Eso era, sin embargo, lo que se dio a llamar el “revival” mod, propiciado por la peli (que curiosamente es más recordada aquí que en la propia Inglaterra”) y cierta necesidad de los ochenta de revolverse tanto contra el jipismo moribundo como contra la mitificación de los cincuenta americanos. Es probablemente la tribu motera más “europea”, con sus parkas, sus levis y sus lambrettas y vespas llenas de espejitos y movidas cromadas.
Los mods originales nacieron alrededor de 1958, en clubes londinenses como “The twisted Wheel”. “Mod” es diminutivo de “modernist”, apelativo con el que se llamaban los fans del jazz moderno, una de las marcas distintivas del movimiento en sus comienzos frente a los “trads” o seguidores del jazz tradicional.
Pero fue en 1962, después de una entrevista en la revista Town, cuando el grupo de chicos de clase media snobs, elegantes y escuteros se convirtió en un movimiento. Cientos de jóvenes que no se identificaban con la estética americana de los Teddy boys o los rockers se abalanzaron sobre las chaquetas italianas, los levis ajustados y empezaron a “tunear” sus scooters. El tema de los espejitos nació como respuesta a una ley promulgada a principios de los sesenta que obligaba a todas las motos a llevar por lo menos un retrovisor obligatorio. Pues ya puestos, a poner, ponemos cuatro, ocho o treinta y dos. Pa chulo yo. Debía ser una gozada pasar por los atascos con semejante despliegue.
Los mods tuvieron sus grupos de música, los más conocidos, The Who, The Small Faces, The Yardbirds o The Kinks. Se adoptó como emblema el círculo de la RAF (Royal Air Force) que ya era un símbolo de la Rubia Albión desde que se hiciera famoso en el fuselaje de los Spitfire que defendieron la isla en la Segunda Guerra Mundial.
El climax del movimiento fue 1964,cuando grupos de mods y rockers con mucha cerveza, anfetas y probablemente poco sexo, coincidían en pequeñas ciudades del sur de Inglaterra como Brighton, Margate o Hastings para darse de hostias. Esto les hacía salir en la prensa y provocaba el “efecto contagio”: más chavales hiperactivos decidían que molaba eso de salir partiendo escaparates o la crisma del vecino y se unían a la siguiente salida. En España se confundió con la movida “yeyé” (si, la de Conchita Velasco) aunque me temo que en lo único que se parecían era en lo de las vespas.
Pero a partir de 1966 empezaron a aparecer en Inglaterra los hippies. Entonces los grupos “guía” del movimiento se dejaron el pelo bastante más largo y decidieron que molaba más lo del amor libre, el lsd y California. Carnaby Street se llenó de florecillas y flecos y la cosa se fue apagando. Desde entonces los mods se han mantenido, más o menos, como una subcultura amante de un pop sesentero, el ska y el reggae pero desde luego minoritaria.
The Who, antes y después. Es que esos ricitos había que lucirlos.
Dicen las malas lenguas que una de las ramas que se desprendió de ellos fuerno los skinheads, pero eso ya es mucho decir. Queda su filosofía motera “lo importante es la persona, no la máquina” y un puñado de excelentes discos de Rythm & Blues y Rock. Y por supuesto, sus preciosos scooters retocados.
Eso sí, mucho espejito pero lo del casco se ve que era mariquitoso.
Como ya dije arriba, hubo un breve renacimiento a principios de los ochenta, pero ya muy “contaminado” por el punk, aunque algunos de los grupos de aquella época bebieron de estas fuentes, como por ejemplo The Jam. Incluso otors como Oasis o Blur han bebido (ligeramente) de las fuentes mods.
http://www.modculture.co.uk/
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