Se me ha caído como piloto después de verle en la carrera del domingo, sin atacar a Rossi y sin arriesgar su segundo puesto, como si se tratara de un abogado. Si todos los pilotos fueran así las carreras no tendrían sentido.
Se me ha caído como ser humano y como motero después de escuchar las estupideces que dice cuando en la rueda de prensa que dio después de su paseo motero con el alcalde Ruiz Gallardón le preguntan que por qué no apoya la lucha contra los guardarraíles asesinos, que cada años matan y mutilan a cientos de moteros.
Vean el vídeo de la entrevista en esta página: .....
Suelta joyas como "Bueno, no conozco el problema" o "Supongo que habrá que encontrar un compromiso para que los coches no se salgan".¡¡¿PERO EN QUÉ MUNDO VIVES?!!! Se nota que no vas en moto más que en circuito, y que los problemas reales, de la gente real, te la pelan soberanamente.
Consecuencia: me quedo con Lorenzo y con Bautista y con Barberá, que tuvieron los santos huevos de sacar un cartel antiguardarraíles cuando les enfocaba la tele en la parrilla de salida de la carrera de 250. Y además son más simpáticos y valientes en la pista. Vaya carrerón hicieron, partiéndose el pecho con Dovizioso, arriesgando en cada curva, como kamikazes, como funambulistas en el filo de la navaja. Mientras el pitufo gruñón corría calculando cuántos puntos le daba quedar segundo mordiendo el polvo de Rossi.
Esos son campeones y no como otros, que después de quedar segundos ni siquiera se acercan al público a saludar y agradecer su aliento, su fervor y el haberse desplazado cientos de kilómetros para verlos.
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